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La transformación del barrio y sus vecinos

Versailles: Un barrio de gente mayor que rejuvenece

La localidad se originó con la construcción del ferrocarril en 1911. Hoy, es el hogar de una gran población de adultos mayores que se renueva con la llegada de los jóvenes.

Por: Donatella Schiavello

Versailles pertenece a la Comuna 10 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y es uno de los barrios más pequeños junto con Coghlan y Villa Real. Con una extensión de 1,4 kilómetros cuadrados, es la localidad que más espacios verdes tiene por habitante. Sus calles anchas, sus casas bajas y sus parques lo convierten en el lugar ideal para quienes buscan tranquilidad. 

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Los espacios verdes son puntos de encuentro claves para quienes han visto crecer la zona durante décadas. Crédito: Donatella Schiavello.

Además de su geografía, la calma del barrio está determinada por su población; compuesta, principalmente, por adultos mayores. Algunos viven allí desde que se originó el barrio, mientras que otros se mudaron a la zona para alejarse del ruido del centro. A pesar de esta prevalencia, el barrio ve cómo nuevas generaciones comienzan a poblar sus calles. Tomás, un vecino de 24 años y empleado del café Don Blanco, manifiesta: “Versailles es un barrio de gente mayor que se está rejuveneciendo”.

 

Versailles se originó en lo que era el antiguo partido de San José de Flores. En 1908, la compañía Tierras del Oeste compró una parte del terreno para construir un ramal ferroviario. En 1911, se inauguró el ramal Villa Luro - Versailles, conocido como el “trencito de Versailles”, sobre la actual calle Porcel de Peralta. La estación fue nombrada por José Guerrico, un empleado de la compañía que quedó maravillado con el palacio francés luego de viajar a París. Así, el “trencito” se convirtió en el núcleo alrededor del cual se empezó a gestar el barrio. 

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El nombre fue argentinizándose hasta convertirse en "Versalles" (con la sh muy pronunciada, a la usanza porteña). 

A pesar del impulso inicial que representó el ferrocarril, Versailles tardó en poblarse por la falta de otros medios de transporte. En 1911, hubo un primer loteo en el que se edificaron algunas casas para los funcionarios del tren. Durante la década de 1920, la apertura de industrias (como la fábrica de tejidos La Unión) facilitó la llegada de los primeros vecinos. 

 

Desde entonces, Versailles se caracterizó por ser un barrio residencial, habitado por familias de clase media. Durante las primeras décadas del siglo XX, el barrio creció de manera pausada con una comunidad estable, compuesta por familias que se asentaron en la zona en busca de un ambiente rural. Con el paso del tiempo, muchos de los primeros vecinos envejecieron en sus casas, lo que explica la alta proporción de personas mayores.

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Versailles vive un boom inmobiliario con la llegada de jóvenes que transforman la dinámica social del barrio. Crédito: Donatella Schiavello.

En los últimos años, Versailles empezó a atraer a nuevas generaciones; especialmente, a familias jóvenes que buscan un lugar tranquilo para criar a sus hijos. Este rejuvenecimiento demográfico está transformando la actividad del barrio con la apertura de nuevos comercios, la renovación de espacios públicos y una revitalización de la comunidad en general. 

 

Ante el aumento de la población infantil, el Gobierno de la Ciudad remodeló los juegos de la plaza Ciudad de Banff. Hoy, el parque convive con adultos que realizan actividad física, y con niños que pasan las tardes en los juegos. Alicia Villoldo, vecina fundadora del barrio y vocal de la Junta de Estudios Históricos de Versailles, comenta que los jóvenes “son bienvenidos". Sin embargo, cuestiona que algunas construcciones atentan contra el carácter residencial de la zona.

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Con accesos más amplios y piso antigolpes, la remodelación de la plaza busca promover la integración y la seguridad de los niños. Crédito: Donatella Schiavello.

A pesar de los cambios demográficos y la llegada de nuevas generaciones, el barrio guarda los recuerdos de sus antiguos vecinos y de los eventos que marcaron su historia. Entre ellos se destaca la filmación de Esperando la carroza en 1985, cuyo hogar se conserva como un símbolo de la identidad del barrio.

 

La conexión entre el pasado y el presente refleja cómo Versailles, a pesar de su rejuvenecimiento, preserva su trayectoria. Este proceso de cambio generacional sugiere un futuro en el que la localidad podría recuperar su dinamismo histórico, y combinar la experiencia de sus residentes mayores con las ideas y la energía de los más jóvenes. 

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