Las reacciones al boom inmobiliario: “Versailles es un barrio para vivir y para ser vivido”
Las posturas se dividen entre aquellos que están de acuerdo con la inversión inmobiliaria, y quienes consideran que la identidad cultural del barrio peligra. “En mi cuadra conservamos no solo el estilo de las casas, sino también los modos del barrio”, compartió una vecina.
Por: Clara María Raggio
La plaza Banff es el punto de encuentro para todos los residentes de Versailles. Un viernes por la tarde al calor del sol de septiembre se observan: grupos de jóvenes charlando en el pasto con mate-en-mano, abuelos con sus nietos en la plaza, niños jugando al básquet, matrimonios paseando de la mano, jóvenes charlando en los bancos, personas haciendo ejercicio y paseadores de perros con pequeñas jaurías. Los diferentes grupos humanos reunidos en la plaza representan las diversas posturas sobre los cambios inmobiliarios que están ocurriendo en el barrio.
En primer lugar, Betina y Jorge, una pareja que vive en Versailles hace 32 años con sus dos hijos en su casa propia, opinaron: “En algunas calles los cambios son interesantes; pero es verdad que se está perdiendo la esencia de las casas con jardines al estilo clásico”. Acerca del crecimiento de comercios, Jorge agregó: “Se ha recreado este sistema de comercios, en especial de comercio gastronómico. De alguna manera, impacta en lo social al integrar a las personas. Las edificaciones también ayudan: hacen que vengan más negocios y, por lo tanto, más gente que consuma”.
En uno de los laterales de la plaza se alzan tres edificios idénticos, uno todavía en construcción, de la desarrolladora Alcala. La planta baja está dedicada al comercio, los dos locales ya establecidos son gastronómicos. Crédito: CMR.
Mónica Machado celebra los beneficios que trajo el boom inmobiliario al comercio: “Yo trabajo en uno de los comercios que construyeron hace unos años, creo que eso levantó al barrio. A mi no me molestan los ruidos. Sí, hay más movimiento; pero tampoco es algo que impacta en mi vida cotidiana. La mayoría de las cosas que generó son positivas”. Su perspectiva es interesante ya que no es nativa de Versailles, pero se enamoró de su encanto en una visita y decidió mudarse. Sintetiza el carácter del barrio de la siguiente manera: “Este barrio es de gente mayor, que está enojada porque se están construyendo muchos edificios. Pero yo lo considero un progreso”.
Sin duda una de las voces más candentes en la disputa es la de Alicia Villoldo, la propietaria de una de las casas más antiguas de Versailles. Su casa, conocida como “El Reparito”, fue construida por su abuelo en 1920. Reflexiona: “Estas son las casas, lamentablemente, el señor que tiene Alcalá las compra, las tira abajo y levanta edificios. Estos edificios que nos sacaron la identidad. Versailles era casas bajas, con jardines, era uno de los pulmones de la ciudad. Versailles se fue haciendo con el esfuerzo de la gente”.
La casa recibe su nombre, “El reparito”, porque los amigos y familiares venían a descansar y reponerse en la tranquilidad de Versailles. Crédito: CMR.
Asimismo, Alicia fue quien impulsó las tres solicitudes en contra de los edificios altos en 2012, 2013 y 2015. Estas solicitudes reunieron más de 3.000 firmas y consiguieron el apoyo de diversas instituciones del barrio. Bajo el lema de "un barrio para vivir y ser vivido” los vecinos le pedían a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no otorgar permisos para nuevas construcciones de propiedad horizontal en alto. El argumento que presentaron fue: “sostenemos que nuestro barrio, es uno de los pocos que quedan en la ciudad con edificaciones bajas, con jardines, arbolado privado y público. Hoy la tala para las nuevas construcciones es preocupante, para los vecinos de Versailles que buscamos calidad de vida”.
Crédito: CMR.
Para concluir, Alicia sintetiza: “Yo no estoy enojada con las generaciones nuevas que eligen vivir en Versailles, eso me encanta es necesario para que el barrio siga vivo; mi frustración va a las inmobiliarias que se empeñan en destruir nuestra identidad”. Explica cómo los nuevos vecinos que se mudan al barrio se integran a la comunidad y se apropian de la identidad de Versailles con orgullo, “hace un tiempo se mudo una parejita joven con sus dos hijas chiquitas a la casa de enfrente, hoy por hoy esas chicas son como mis nietas del corazón”.
La familia de Alicia Villoldo en su casa, “El reparito”, en 1927. Crédito: cortesía de la entrevistada.
El sentido de comunidad y pertenencia se remonta al nacimiento de Versailles como barrio con la llegada de familias en busca de construir su sueño en realidad. Alicia recuerda “Versailles nació como un lugar de casas quintas, de familias trabajadoras que se hacían su casa con mucho esfuerzo, que cosechaban su comida en las huertas y criaban cabras para poder sustentarse. Era una comunidad de vecinos que se ayudaban mutuamente para salir adelante”. La disyuntiva persiste entre aquellos que quieren edificar y darle una nueva mirada al barrio y quienes quieren preservarlo como un testimonio de lo que fue.