Matías Altamore: un gestor cultural y un carrocero de la vida
Vecino del barrio de Versailles creó un tour sobre la película “Esperando la carroza”. “Más allá de los momentos de dolor, agradezco tener una linda familia, pareja y amigos”, relata Matías Altamore.
Por: Guadalupe Piñeiro
“Siempre me decían que iba a ser famoso”, afirma Matías Altamore mientras sus vecinos lo saludan por las calles de Versailles. Es maestro de varios colegios del barrio porteño, pero en su tiempo libre gestiona las actividades del "tour carrocero", caminata que recorre las locaciones de filmación de Esperando la Carroza, y declarada de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Matías tiene 37 años y empezó con el tour en 2018. A los 12 años vio la película por primera vez, pero no logró entenderla. En 2011 (23 años), recibió una sugerencia en Facebook de un grupo que buscaba restaurar la casa donde se filmó la obra. Comenzó a observar que el grupo tenía muchas fotos de su barrio y comprendió que allí se había realizado. En 2014 se convirtió en un “enfermito carrocero”, una página creada por fanáticos de la película, junto con la cuenta “remasterizada”.
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"Me decían que tenía otra misión y jamás en la vida lo pensé. Yo de chiquito quería ser famoso, no me considero famoso, pero muchos me conocen y felicitan por el tour", exclama Matías Altamore. Crédito: Guadalupe Piñeiro.
Los encuentros con mate entre amigos visitando las locaciones, se formalizaron en un recorrido de las casas y espacios públicos que fueron parte de la historia de Mamá Cora y su familia. Actualmente se realiza una vez al mes en el barrio de Versailles. No lo realiza solo, Altamore se encarga de la actividad junto con su marido, Marcelo Valle, quien gestiona el contenido de las redes sociales.
Matías relata su vida intercalando con escenas y datos del filme. Se proclama como un verdadero “cuervo”, hincha de Racing, pero no siente pudor al ponerse una camiseta de boca y una peluca negra para interpretar a Cacho, personaje de la película. Los destellos de sus ojos y la prisa de la gesticulación de las manos denotan la pasión por su trabajo. Su iniciativa cobró tanto ímpetu que, en 2023, la secretaria del legislador Juan Pablo Arenaza lo contactó para realizar un proyecto de ley y se declaró interés cultural. Matías habló frente a la comisión de cultura, explicando que Mamá Cora, representa a los adultos mayores y el respeto que se les debe tener. “Yo creo que le conmovió lo que dije y toqué un poco la moral del legislador”, agrega Altamore. Es gestor de actividades culturales y junto con su esposo, mantienen una cooperativa independiente llamada Morphicos para dar a conocer distintos proyectos virtualmente.
Crédito: Guadalupe Piñeiro (y cortesía del entrevistado).
El tour se está convirtiendo en un evento turístico: “Muchos vecinos me agradecen porque el barrio se está conociendo más. Antes la única forma era decir que quedaba cerca de la cancha de Vélez”, explica Matías. Vivió siempre en Versailles, pero luego de casarse se mudó a Caballito, sin embargo, se considera parte del barrio. Su parte favorita del tour es escuchar a las personas que participan.
Estudió Comunicación Social en la universidad pública y es maestro de matemática e informática y facilitador pedagógico digital. Busca ayudar a los docentes a enseñar con mayor cantidad de herramientas y que los estudiantes puedan aprender de forma más atractiva. Los padres lo conocen y felicitan en la calle.
Crédito: Guadalupe Piñeiro (y cortesía del entrevistado).
Altamore detalla cada locación, es una enciclopedia de datos del barrio y el filme, frena cada tanto para respirar y reflexionar: “Cuando dicen esperando la carroza, antiguamente, me contaban mis abuelos que el cortejo fúnebre era con una carroza que transportaba el cajón por el barrio. Pasaba por la escuela a la que fuiste, tu iglesia; un recorrido de tu vida”. Matías confiesa que el año anterior, falleció su madre y no siguió con esa tradición. “La verdad que yo estaba en otra”, explica. La vida de Mamá Cora lo ayudó a entender la muerte de su madre y decidió volver a terapia para poder procesarlo. “Yo soy uno de los sobrevivientes de Cromañón e hice terapia. Me ayudó mucho”, aclara. Luego del incendio, estuvo involucrado desde 2004 hasta 2014, participaba para hacer leyes, concurría a las marchas y trabajaba para una asociación de familiares sobrevivientes.
El accidente generó un antes y un después en su vida, lo ayudó a madurar de otra manera.“Hasta que de un día para el otro entendí que Dios me dio otra oportunidad”, explica con una sonrisa. Es creyente y catequista, su fe lo ayudó a entender que quería cerrar con ese tema. No le gusta que los medios lo llamen ´sobreviviente´, pero sus amistades le explicaron que es un mensaje positivo para muchos que sufrieron y no logran seguir con su vida.
“Pienso todo lo bueno que me da la vida, más allá de los momentos de dolor. Ahora, con lo reciente de mamá, agradezco tener una linda familia, pareja y amigos”, relata. Disfruta su trabajo en el Gobierno de la Ciudad y siendo docente. Del tour no espera grandes cosas, pero busca generar alegría en las personas con pequeños secretos de la filmación y compartiendo su pasión con otros fanáticos. “Ver con cosas sencillas como la gente se divierte”, narra el amante de la obra de Doria.